La técnica se basa en la creación de un flujo magnético de alta energía que se dispersa por la superficie de la pieza (barra, cable, etc.), si existen discontinuidades superficiales, el flujo se ve alterado y las sondas receptoras recogen dichas alteraciones, el funcionamiento, por lo tanto, es similar al de las partículas magnéticas, pero la detección de la fuga de flujo es detectada con medidores de campo.
Una de las áreas dónde se aplica las fugas de flujo son los fondos de grandes tanques de almacenamiento de combustible, que sufren de corrosión y con fugas de flujo se puede hacer un mapeado de las zonas afectadas (escala de colores % de pérdida de espesor de la pared), también se puede aplicar a la inspección de cables de estructuras como puentes o teleféricos, para verificar su integridad.